Mi trabajo como filmmaker no consiste solamente en grabar. Poner mi mirada detrás del objetivo es una filosofía de vida que consiste en captar la esencia de un momento concreto, atrapar la emoción, la felicidad, la alegría… la vida, y conservarla para la posteridad.
Expresar a través de la lente de una cámara situaciones concretas y cotidianas, que es en esencia lo que nos define como seres humanos, es todo un desafío para cualquier director. Todo parte de la observación y la inspiración, y la mía viene dada a través de la naturaleza, las emociones, los viajes y la experiencia; experiencia que me enriquece cada día y que comparto con compañeros de profesión, seguidores y clientes. Pero siempre, y esto nunca puede faltar, con pasión. Sin pasión no hay nada, tan sólo el vacío.